
tesoros: desde hacía años coleccionaba los libros de Tintín y Astérix y siempre estaba dispuesto a dejármelos leer.
Yo adoraba aquellos tomos, no importaba cuántas veces los hubiera leído. Con Astérix me reía, pero con Tintín soñaba y conocía mundo.

Fue en sus páginas donde vi Petra por primera vez, conocí Syldavia y Borduria (las busqué en el Atlas pero no las encontré: errores del editor, supuse), ví los cráteres de la Luna y oí por primera vez "bashi-bazouk"....


Tintín es periodista, nunca cambió de profesión aunque con cada album se hizo menos periodista y más detective o aventurero, no se sabe muy bien. Nunca deseé ser periodista como él, aunque sí me llamaba la atención la facilidad con que viajaba a cualquier lugar del mundo....o fuera de él. Demasiado joven para ser un audaz reportero, pero nunca demasiado viejo para seguir metiéndose en líos, muchas veces me pregunté por qué Tintín no envejecía; era evidente que el tiempo pasaba pero no para él ni para el resto de personajes que le acompañaban en su aventuras: su inseparable Milú, el fox terrier blanco que nunca le abandona, el capitan Haddock y su particular vocabulario, el profesor Tornasol genio para todo, Bianca Castafiore, el Ruiseñor milanés, la única mujer de la serie, los detectives Hernández y Fernández y sus contínuas meteduras de pata, Abdallah, el pequeño (e insoportable) heredero del País del Oro Negro, Oliveira da Figueira, el general Alcázar, el despreciable Rastapopoulos.....cómo me he reído con los insultos de Haddock, con la mala suerte de Rastapopoulos en "Vuelo 714 para Sidney", con la sordera de Tornasol y su terrible genio tras su aspecto bondadoso y despistado.....
Hergé decía que Tintín estaba dirigido a los niños entre 7 y 70 años, él debía saberlo bien....


Para muchos tintinólogos, el mejor album es "El Loto Azul", porque por primera vez, Hergé se tomó su tiempo y describió minuciosamente una cultura, la china, sin caer en los prejuicios que existen en obras anteriores, y porque la historia está mejor construída. De niña mi favorito era "El cetro de Ottokar", mi primer Tintín, un regalo de Reyes muy especial y además un libro magnífico, lleno de detalles: es fantástica la reproducción del folleto turístico syldavo, quieres viajar allí!....ahora, sin embargo, y aunque "El Cetro..." ocupa un lugar especial, ha sido relegado en favor de "Tintín en el Tíbet" y "Las Joyas de la Castafiore". Por qué? Porque en la primera, se cuenta una historia de amistad a toda prueba, cuando Tintín decide marchar al Himalaya en busca de su amigo Tchang (a quien conoció en "El Loto Azul"), cuyo avión se ha estrellado en las montañas, convencido de que no está muerto...Y no es sólo la amistad de Tintín hacia Tchang, sino también la del capitán Haddock, su compañero de aventuras, hacia él, que pese a estar convencido de que es una locura, le acompaña. La noticia de la muerte de Tchang hace que Tintín llore desconsoladamente, como nunca se le había visto hacerlo antes; y en cuanto a "Las Joyas...", es un divertimento de Hergé. Somos testigos de una farsa: nuestros personajes no quieren salir en busca de aventuras, sobre todo el capitán, en casa se está muy bien, pero qué importa? en un abrir y cerrar de ojos, Moulinsart, la residencia del capitán Haddock, se llena de visitantes no deseados y de intrigas, y no pueden escapar de ellos, es como una película de enredo...
Por desgracia, aquel primer ejemplar de "El Cetro... se perdió, aunque acabé teniendo toda la colección...en inglés. Pero la voz de Tintín no ha cambiado, afortunadamente, y sigue diciendo cosas que me gusta escuchar.