dissabte, 22 d’agost del 2009

César, Ulises y la turista que quería tocar piedra


Comienzo a escribir esta entrada en mi Torino la última tarde que paso en Italia. No escribo entradas fuera de casa pero no quiero que ciertas emociones se enfríen y por otro lado no encuentro mejor lugar para romper mis propias reglas que en una Hiperbórea....
He pasado aquí los últimos días de este viaje, que ha sido muy diferente del que hice el año pasado por muchos motivos: porque no he estado sola todo el tiempo,
porque he recorrido senderos diferentes y otros no tanto, porque es Ferragosto y porque Italia, pese a lo que algunos puedan pensar, es siempre distinta, e incluso regresando a lugares que ya conoces, te puede sorprender...

Este año, la soledad no ha existido: Ulises siempre ha estado conmigo pero también me han acompañado ella y él. El y yo ya hemos viajado juntos pero este año he tenido la suerte de viajar por primera vez con ella, y nos hemos descubierto como compañeras de viaje perfectas, porque a mí me gusta llevar y a ella que la lleven y porque tener la oportunidad de enseñar Italia es algo que no puede hacer todo el mundo: la primera vez que vine tuve un cicerone perfecto y me hacía mucha ilusión poder hacerlo por alguien. Soy muy disciplinada y algo seria cuando viajo sola; quienes me conocen bien saben que éste no es en absoluto mi carácter habitual pero en el fondo al estar sola todo me da más vergüenza...con ella, esa sensación no ha existido y además era imposible pasar por serias....además al regresar con ella a lugares que ya conocía, los he visto con sus ojos y ha sido en algunos casos como volver a descubrirlos:
Italia es, como dije en el post anterior, un estado de ánimo y una emoción siempre nueva. No voy a mentir: ahora, cuando llego a Piazza Castello y veo de nuevo a Cástor y Póllux guardando la línea que divide la ciudad en dos, o cuando contemplo Santa Maria Novella en Florencia, San Frediano en Lucca o el Duomo de Pisa, ya no me quedo con la boca abierta: a cambio, me recorre por dentro ese calorcillo tan especial, sonrío como al ver a un viejo amigo y les digo "prometí que regresaría"....pero me quedo sin palabras en el Castello Stense de Ferrara, en la Certosa de Pavía, el Duomo de Saluzzo o sólo soy capaz de repetir "marededéu!" una y otra vez al entrar en la piazza del Duomo de Siena....

Con Ulises, he conocido Vezzano Ligure y la Val di Magra, Rapallo, La Spezia, Porto Venere y el Golfo de los Poetas, Sarzana y su fortaleza, el yacimiento de Luna, Modena, Ferrara, Cremona y la Cartuja de Pavía; con ella he regresado a la maravillosa Lucca, a Pisa y Firenze y hemos descubierto Siena, y con él he recorrido de nuevo Torino y sus maravillas y conocimos Pinerolo y Saluzzo. En los lugares nuevos he descubierto cosas maravillosas y en los que ya son viejos conocidos he sentido el placer del reencuentro y del re-descubrimiento, porque en Firenze he vuelto a la Capilla de los Españoles de
Santa Maria Novella y la he disfrutado aún mas que la vez anterior y fuimos a la Santa Croce que el año pasado se quedó fuera del circuito por razones de tiempo, he regresado a Santa Maria della Spina en Pisa y disfrutado de nuevo de la acústica prodigiosa del Battistero y he podido ver, esta vez sí por dentro, su Catedral. Y he regresado a mi amada Superga (por primera vez de noche, no pensé que fuera aún más hermosa), a la Mole Antonelliana y he visitado por fín por dentro Palazzo Madama......

Uno siempre aprende cuando viaja, del lugar que visita, de sus gentes y de uno mismo....ya lo sabía (son muchos años viviendo conmigo misma) pero este año me he dado cuenta de hasta qué punto soy una turista que necesita "tocar piedra"; ya comenté lo cansada que estaba antes de irme y como la Princesa Almenas me aconsejó dedicarme menos a las piedras y los Museos y más a mí; la verdad es que los dos primeros días, que pasé en la costa ligur, quería disfrutar de los paisajes que el año pasado tanto me gustaron cuando los veía desde la autostrada....y ví paisajes preciosos, llenos de encanto, pero sentía que me faltaba algo y hasta que no toqué piedra en la fortaleza de Sarzanello, no me sentí de veras en mi ambiente.....soy de mar y playa, no de montaña pero incluso cuando quiero evadirme, no puedo pasarme 15 días tomando el sol en contínuo: tres o cuatro días sí, pero más no.....necesito visitar ciudades, palacios, fortalezas, museos, castillos, yacimientos, iglesias, santuarios, pueblos.....a pesar de todo y aunque he tocado mucha piedra he visitado menos museos/palacio que el año pasado porque cuando estaba con ella teníamos poco tiempo y quería que "viera" todo lo posible.....pero los justos para darle paz al espíritu y a las mitomanías...

De mis tres incursiones italianas, ésta ha sido la primera que ha tenido lugar en Agosto, antes fueron en Septiembre. He pasado muchísimo calor, más bien lo he sufrido, y he vivido plenamente Ferragosto...a mí me pilló aquí en Torino y la ciudad estaba desierta antes y después.....fue una experiencia recurrir a las máquinas de cobro automático de las gasolineras para poder repostar cuando salimos de excursión por la provincia (nunca antes las había visto) y encontrar Gianduiotti cuando todas las confiterías de Piazza San Carlo y Piazza Statuto estaban cerradas...Viajar en esta época me ha permitido relacionarme muy de cerca con un sector de la población italiana del que había oído hablar, y no me refiero a los Casanovas, sino al terrible y voraz zanzara (mosquito) tigre.....empezaron a picarme en Liguria y siguieron haciéndolo en Toscana, Emilia Romagna, Lombardia y Piemonte....debo ser que tengo la sangre muy dulce....
Ha sido un viaje maravilloso, en el que sola y acompañada he vuelto a secuestrar libros, he videoclipeado canciones y he escuchado algunas en el momento y lugar exactos, he cantado, he reído, he fet maldat y me he emocionado, he probado nuevos sabores, he disfrutado del placer del aperitivo, de más helados y desde luego he cumplido mi deseo y he dejado mi huella allí donde siempre tuvo que estar, en el Colle della Maddalena, bajo los ojos de la Victoria alada....Ella, que vigila Torino en mi ausencia, cuidará de que una parte de mí siga allí hasta que pueda regresar a Italia y renovar mi promesa.....