dissabte, 1 d’agost del 2009

Piter y yo. El Monferrato


La noche
que llegué al Piemonte fue una de las más curiosas del viaje. Había reservado habitación en un B&B de una pequeña población llamada Vignale Monferrato, en el valle del mismo nombre....no era la opción más fácil, ya que la población más grande de la zona era Casale Monferrato, pero a veces de las decisiones más curiosas salen los mejores momentos.....


Llegar a Vignale no se me entojaba fácil, ya que como he dicho es un pueblo muy pequeño, así que salí de Sirmione pronto, y comí durante el viaje.....puede parecer exagerado que me tomara tanto tiempo para llegar, pero hay que tener en cuenta que a las seis de la tarde, cuando para mí aún era pronto, para mis caseros ya era hora de que hubiera llegado a la casa en cuestión y me hubiera registrado.....por eso, y como temía perderme, me lo tomé con calma....la verdad es que fue más fácil de lo que creía....lo complicado fue encontrar el B&B...pasé tres veces por delante sin verlo, y es que aunque la terraza de la casa daba al valle, la puerta de entrada era de metal, como de un garage....por fín, cuando ya pensaba que tendría que preguntar a una de las ancianas que, como en las películas, tomaban el fresco sentadas en la plaza del pueblo, lo encontré, y conocí a Renato, el casero más parlanchín de todos los que tuve. Me enseñó el lugar....poseía dos casas, separadas por un porche con vistas al valle, en una alojaba a los huéspedes y en la otra vivía con su familia...cuando entré el equipaje, me invitó a sentarme con él y su mujer en la terraza y mantuvimos una charla muy agradable...pero cuando ella se excusó y nos dejó solos, se empeñó en hablar en inglés, cosa que no me gustó...Los e-mails que nos enviamos al contratar la casa habían sido en inglés, pero a esas alturas yo podía mantener conversaciones en italiano (aunque destrozaba los verbos) y me gustaba hablarlo...pero no hubo forma....de todos modos la conversación fluía: le pareció muy curioso que una mujer viajara sola por Italia, me preguntó a qué me dedicaba, y me contó que él estaba casi retirado; su padre era de Palermo y su madre de Vignale, por eso tenía la casa, pero vivía seis meses al año allí y otros seis en Susa....aquello me pareció curioso, era muy norteño pero muy del sur al mismo tiempo....cuando nos quisimos dar cuenta, llevábamos dos horas hablando...me pidió disculpas ("sé que los españoles cenáis tarde pero aquí me temo que no"); le pedí que me recomendara un sitio para cenar y se decantó por el ristorante Universo: estaban especializados en comida típica de la zona y con productos de temporada.....me aconsejó que reservara personalmente y me explicó cómo llegar...estaba parada en la puerta de lo que parecía la parte trasera del restaurante, y no sabía si estaba abierto o cerrado, cuando de pronto, alguien dijo a mis espaldas Buona sera! y me encontré al chef, un hombre de mi edad ...."reserva para cenar? desde luego...a las ocho?" "a las nueve?" "de acuerdo y para cuántos?" "sólo yo..." "sólo usted??" "sí..."...
Aquella noche viví la experiencia culinaria del viaje...el restaurante estaba practicamente vacío, y cuando me senté en mi mesa, me dí cuenta de que no había carta...entonces comenzaron a traerme platos...el menú era fijo, yo sólo debía dedicarme a disfrutar...y vaya si lo hice....Cruda di fassone battuta a coltello, crostata salata di porri, fiore di zucca croccante su letto di fonduta, risotto rosmarino e Arneis, caramelle di spinaci e ricotta profumate alla salvia, costolette d´agnello in cassernola, torronnata, flan di mele...y todo estaba tan bueno como suena....me sentía un poco descolocada, no es que fuera un sitio muy lujoso, pero comía sin saber qué era cada cosa...me daba vergüenza pero decidí pedirle un favor a la encargada del comedor: le expliqué que era mi primera visita a Vignale, y que si podía apuntarme los nombres de los platos, para tenerlo de recuerdo.....aquella signora era un encanto y me trajo un folio escrito a mano (que tengo delante) con todo el menú....hasta el cocinero que había conocido esa tarde se asomó cuando ella le dijo lo que le había pedido....tengo guardado en mi memoria cada detalle de aquel comedor, recuerdo el rostro de la signora, del joven (y guapo, todo hay que decirlo) chef, del camarero, recuerdo en qué mesa me senté...y lo tengo todo tan fresco porque quiero regresar algún día.....
Me fui a la cama contenta conmigo misma de manera bastante absurda: había empezado mal el día pero lo acababa de modo inmejorable.....