dijous, 20 de novembre del 2008

Piter y yo. Un paseo por Pisa I


El primer monumento
que visité fue el Battistero.
El portal está flanqueado por dos columnas clásicas, pero las jambas interiores son de estilo bizantino. En el dintel hay esculpidas, en dos niveles diferentes, escenas de la vida del Bautista, y a éste en compañía de Cristo y la Virgen.
El edificio comenzó a construirse en el siglo XII según recoge una inscripción MCLIII mense augusti fundata fuit hec ecclesia por un arquitecto llamado Diostealve, Deustesalvet magister huius operis pero la finalización de las obras corrió a cargo de Niccola y Giovanni Pisano en el siglo XV, así que la parte inferior es de estilo románico y la superior gótica.
Está construido en mármol blanco como el resto de monumentos y su planta es circular: la circunferencia mide 107.25. Además es un poco más alto que la Torre si tenemos en cuenta la estatua de San Juan Bautista, a quien está dedicado, que lo corona.
El interior del monumento, muy amplio, es muy impresionante pero muy sencillo ya que carece de decoración, sólo se juega con el negro y blanco del mármol. Está circunvalado por una columnata que separa el centro de la parte externa, por donde corre una grada. En el centro hay una pila bautismal de forma octogonal de 1246 con una escultura de San Juan en el centro. Pero destaca sobre todo el púlpito de Niccola Pisano; fue esculpido entre 1255 y 1260 y su escultor, precursor de la escultura renacentista italiana, se sentía, no sin motivo, muy orgulloso de su obra; el parapeto de la parte superior, de forma hexagonal, se sustenta sobre seis columnas y una séptima central; tres de las primeras y la central se apoyan sobre bases esculpidas, el resto directamente sobre el suelo. Sobre las columnas corren arcos trilobulados que sostienen el parapeto, cinco de cuyos lados están decorados con escenas de la vida de Cristo (el sexto está cerrado por una verja), de estilo muy clásico: en la escena del Nacimiento, la Virgen tiene aspecto de matrona romana.....El Battistero goza además de una acústica magnífica, y el visitante puede comprobarlo: a las doce se cerraron las puertas, se pidió silencio y una de las mujeres que controlaban el acceso al monumento, se situó frente a la pila bautismal y cantó...y fue increíble como gracias a la acústica, su voz resonaba y podía hacerse sus propios coros. Estuve bastante tiempo sentada en la grada, en parte por gozar del momento y también para disfrutar del púlpito, que durante tantos años tuve que estudiar y ver sólo en fotografías.....después accedí a la planta superior, por una escalera que discurre por el interior de los muros...como en la planta principal, no hay decoración en los muros, pero recorriéndolo se puede rodear el edificio y contemplar la cúpula más de cerca y las columnas y el púlpito desde arriba, a una altura asumible....


Al salir, tenía la Catedral ante mí; la disposición de los edificios no es casual: en el baptisterio el nuevo fiel es bautizado y su camino natural es la iglesia.
La Catedral es de estilo románico, pero dio lugar a una variante dentro de éste, el románico pisano, y además tiene influencias bizantinas e islámicas. Está dedicada a la Asunción de la Virgen y comenzó a construirse hacia 1063-1064 por Buscheto; aunque se consagró en 1118, en el mismo siglo XII fue ampliada por Rainaldo que realizó la fachada actual. En un principio, tenía planta de cruz griega, pero hoy es latina, cinco naves con un abside y otras tres en el crucero.
La fachada principal está decorada con mármoles multicolores, cristal y mosaicos; tiene tres puertas y sobre ellas se alzan cuatro filas de galerías abiertas ordenadas en columnas. La coronan la Virgen y el Niño en la cima y, en los ángulos, los cuatro evangelistas. Si se mira de frente, hay una lápida a la izquierda de la puerta norte de la fachada que identifica el sepulcro del arquitecto. Las puertas principales de bronce macizo fueron fundidas en el taller de Giambologna pero antiguamente se entraba en la catedral a través de la Puerta de San Raniero, realizada por Bonanno Pisano y que se encontraba atrás, frente a la Torre inclinada.

Como ya dije, visité el templo en domingo, así que la catedral estaba abierta para el culto. Precisamente por eso, los que sólo visitábamos el templo no podíamos recorrerlo, nuestro acceso estaba limitado a la entrada; en consecuencia no pude ver mucho: allá a lo lejos el altar, la cúpula y el púlpito de Giovanni Pisano. Pero en fín......el artesonado del techo, que no es el original pues se perdió en el incendio de 1595, es de madera dorada con el escudo de los Médici. La cúpula está decorada con frescos de Girolamo Riminaldi y Orazio y en el ábside hay un mosaico de Cristo en majestad de Cimabue. Estaba demasiado lejos para apreciar el púlpito, pero al igual que el del Battistero, también se apoya sobre columnas; las placas esculpidas en mármol con efectos del claroscuro narran la vida de Cristo en 9 escenas y están ligeramente curvadas dando sensación de círculo. Tras el incendio de la catedral, fue desmontado y guardado hasta acabar las obras de restauración, pero no se encontró y montó de nuevo hasta 1926.

Me costó bastante salir de allí (para entonces la sensación de "si me voy, quién sabe cuándo volveré a verlo" ya me era muy familiar) pero me esperaba la Torre....