dilluns, 6 d’octubre del 2008

Piter y yo. Una habitación con vistas


Si alguna vez hacéis como yo y organizáis vuestro propio viaje, descubriréis que la oferta es tan grande como variada. Hoteles, albergues, pensiones, B&B, casas rurales, agriturismo....hay un alojamiento para cada uno, puedes darte un homenaje en una villa o irte a un hotel de lo más convencional. Mi intención era combinar ambas opciones.
No comentaré aquí las páginas web que consulté para las primeras cribas de alojamientos, si alguien las necesita, puede preguntarme, pero aunque esas webs me servían para buscar por precios y según las características que necesitaba, realicé todas las reservas, menos Genova, directamente con los alojamientos, y todo a través de e-mail. Encontré lugares preciosos donde alojarme, pero que se salían por completo de mi presupuesto (punto muy importante en la preparación del viaje) y que por otro lado eran dignos de convertirse en el alojamiento de todas las vacaciones y hacer excursiones sólo por los alrededores. Pero iba a moverme mucho, así que los descarté.
El 6 de junio reservé el hotel de Genova y me dí un mes para reservar el resto de alojamientos. Superé mi límite en 5 días, ya que cerré la última reserva el 11 de julio. He aquí la lista:
Genova, 1 noche.
Lucca, 4 noches.
Ravenna, 1 noche.
Mantova, 2 noches.
Vignale Monferrato, 1 noche.
Torino, 3 noches.
Por qué Lucca y no Firenze? Dónde está Vignale Monferrato? Torino, de nuevo?
La decisión de no dormir en Firenze vino derivada de la renuncia a visitar el sur de la Toscana. Iba a perderme Siena, San Gimignano y Volterra, porque si empleaba (al menos) dos días en visitarlas, tendría que renunciar a Ravenna y Torino. Lucca se encuentra a unos 40 minutos de Firenze; es una bonita ciudad toscana amurallada, muy tranquila; encontré un pequeño hotel dentro del casco antiguo, con aspecto de ser muy acogedor, y como se suele decir "con encanto"; además me atraía la idea de residir varios días en un único lugar, aunque fuera aquí y allá.....Así pues decidí dormir en Lucca cuatro noches: llegaría desde Genova, y el primer día lo dedicaría a visitar la ciudad, mientras los dos siguientes viajaría en tren a Firenze, reservando el segundo día para los Ufizzi. De allí marcharía a Ravenna, El Destino que Nadie Podía Comprender; en Ravenna dormiría en un hotel céntrico, porque todo lo que deseaba ver estaba dentro de la ciudad y sólo pasaría allí un día, así que no podía perder tiempo en desplazamientos; luego marcharía a Mantova, la ciudad de Virgilio; calculaba que pasando dos noches allí, en un casa de campo rehabilitada como B&B, disponía de tiempo para ver la ciudad y con un poco de suerte, llegar a Vicenza, la ciudad de Palladio y ver Villa Rotonda. Al abandonar Mantova, visitaría Verona y la zona del Lago di Garda, y continuaría viaje a Vignale Monferrato, un pueblo pequeño donde dormiría en otro B&B con unas vistas preciosas a un valle lleno de viñedos. Dormir en el Monferrato me permitía entrar a Torino desde el sur, dejando Milano para otra ocasión, pero así podría pasar por Asti y Ivrea; ya conocía el norte del Piemonte y me apetecía visitar esas ciudades sobre las que tanto había leído.....Mi viaje iba a llevarme por la Liguria, Toscana, Emilia-Romagna, Lombardia, Veneto y Piemonte....pero aún faltaba más de un mes para irme....ahora me quedaba lo peor: esperar.