dijous, 23 d’octubre del 2008

Piter y yo. La Signora del Mare II


....Nunca se sabe dónde pueden llevarte tus pasos si caminas sin rumbo. A mí en Genova me llevaron hasta la Piazza De Ferrari. Es la más importante de Genova, uno de sus puntos neurálgicos, el típico lugar donde la gente se deja ver. De hecho fue centro de la movida genovesa hasta que esta se trasladó a otro punto de la ciudad. Aquí se celebran los triunfos de la Sampdoria y el Genova y parten todos los tours turísticos.


De la plaza surgen tres calles importantes, Via XXV Aprile, hacia la Piazza Fontane Marose, de donde yo provenía, Via Roma, y Via XX Settembre.
La fuente monumental que ocupa su centro data de 1936, y fue realizada gracias a la aportación de la familia Piaggio, convirtiéndose pronto en uno de los símbolos de la ciudad. Pero si por algo destaca la plaza es porque en ella se encuentran algunos de los edificios más importantes de Genova.
Bajando por la Via XXV Aprile, el primero es el Teatro Carlo Felice; se inauguró en 1828 con una ópera de Vincenzo Bellini y Felice Romani, Bianca e Fernando, escrita ex profeso para la ocasión. Con la Segunda Guerra Mundial, el Teatro resultó parcialmente destruido, y las autoridades de la ciudad decidideron convocar un concurso para rehacerlo por completo. El Teatro fue inaugurado por fín en 1991, manteniendo su antigua estructura pero con un interior completamente nuevo.





El Teatro Carlo Felice.
A la derecha la Accademia






Junto al Carlo
Felice se encuentra la Accademia Ligustica di Belle Arti, la Academia Ligur de Bellas Artes. El palazzo se edificó sobre el solar del convento de San Domenico y posee un porche en su parte inferior que estaba previsto fuera más grande. Cuando se abrió la Via XX de Settembre, se añadió un pórtico en la fachada que da a Via Vernazza.
Dejando atrás el Teatro, y la estatua de Garibaldi, caminando hacia la Fontana, a la derecha encontramos el Palazzo Ducale. El Palacio era la sede de la Antigua República independiente de Genova, y su última restauración data de 1992 con motivo de las celebraciones en honor de Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Hoy día la planta principal acoge exposiciones y conferencias y en la planta inferior, en su pórtico, hay cafeterías y tiendas. Fue en este palacio donde tuvieron lugar las reuniones del G8 en 2001 que acabaron en auténtica batalla campal.


El Palazzo comenzó a construirse en el siglo XIII, pero en el Cinquecento se reedificó añadiéndose los patios...En el siglo XVIII el fue pasto de las llamas y se reconstruyó en estilo neoclásico; a partir de 1835 se edificaron las fachadas de las alas laterales del edificio. Un detalle curioso es que si se accede al Palazzo desde la Piazza De Ferrari el visitante cree estar entrando por la puerta principal, cuando en realidad ésta se encuentra en Piazza Mateotti, al torcer la esquina; es en esta plaza donde puede contemplarse la fachada neoclásica del palacio. La entrada secundaria de la Piazza De Ferrari se edificó en el siglo XIX a raíz de la propia contrucción de la plaza.


Pasé mucho tiempo deambulando por la Piazza De Ferrari; había llegado por casualidad así que en un principio no supe lo importante que era pero había postes con información turística y era imposible no fijarse en los edificios. Entré en el Palazzo Ducale por la plaza y pude ver su amplio patio inferior, lleno de columnas; sin saberlo, salí por la puerta principal, y cuando me dí la vuelta al bajar las escaleras, recibí el impacto de aquella fachada tan elegante e impresionante....supongo que tenía un aspecto un poco extraño allí parada, delante del Palacio, absorta intentando memorizarlo y a la vez disfrutar de lo que veía....no acababa de asimilar que estaba en Italia, paseando por Genova: no me sentía extraña, pero aún estaba algo descolocada, como si tuviera jet lag.....comencé a notar el cansancio derivado de no dormir en una cama y de los nervios acumulados, pero no quería regresar al hotel, así que regresé a la Piazza De Ferrari, y me acerqué peligrosamente a la Fontana....la bruma formada por el agua me espabiló y eché a andar por la Via XX Settembre.....por un momento me pareció estar en Torino, en Via Roma, porque los edificios a ambos lados de la calle son porticados, ideales para los días de lluvia pero terribles para el calor sofocante de aquella tarde-noche. Finalmente comprendí que no podía más y dí la vuelta. Regresé al hotel poco a poco, deseando descansar pero queriendo contemplarlo todo de nuevo, con nuevos ojos...me había planteado Genova como una escala, y en sólo unas horas La Superba me había puesto en mi sitio demostrándome que merecía más tiempo.