Cuando logré descender (porque para entonces ya subía mucha gente, las escaleras son estrechas y el descenso fue lento), tenía muchísimo calor...pero antes de ir a comerme un helado, volví a la piazza y me abrí paso entre las bandadas de alemanes y americanos para poder ver el Baptisterio y sus maravillosas puertas...
Puerta del Paraíso
Siempre se habla de la Puerta del Paraíso, pero merece la pena rodear todo el edificio y contemplar todas con atención....no fue fácil, pero no sólo conseguí identificar algunas escenas que conocía en fotografías, sino que incluso conseguí acercarme lo suficiente como para poder verlas muy de cerca.....al llegar a la puerta principal, obra de Ghiberti como la puerta del Paraíso, descubrí que no abrían hasta las doce de la mañana. Aquello me fastidió bastante, no es que llevara un plan minucioso para ese primer día en Florencia, pero vaya, de momento no tenía suerte....No podía quedarme allí esperando, así que retrocedí hasta la calle y desde allí contemplé de nuevo toda la piazza, para seguir caminando hacia la piazza della Signoria....no sé si al resto de visitantes de Florencia les pasa como a mí, pero me costaba asimilar tanto arte, tanta historia, tantas maravillas...no sufrí el Mal de Stendhal, pero desde luego me sentía abrumada...además, tal y como me había dicho Jaume, había tanta gente!! Yo, que venía de la tranquila Lucca!
Me detuve a distancia del Palazzo Vecchio para poder ver desde lejos y en perspectiva el propio palacio, el David, los Ufizzi, el Bargello...comprendí que la visita a Firenze iba a tener como protagonista la misma pregunta: por dónde empiezo?? La mejor opción era el Davide, ya que no iba a ver el original que se conserva en la Accademia porque había decidido visitar los Ufizzi...Y aunque sin duda el original debe ser mil veces mejor, contemplar la copia por primera vez tampoco te deja indiferente...ya sé que no sigue completamente el canon clásico, las manos y la cabeza son demasiado grandes, pero qué importa? Ese rostro, concentrado, momentos antes de lanzar la piedra, la postura, en contrapposto, apoyado todo el cuerpo en la pierna, la cabeza girada hacia la izquierda...no quiero imaginarme cómo debe ser el original....
A mi derecha estaban los Ufizzi, y más allá del patio central del Museo, el Ponte Vecchio....tenía entrada con reserva para el día siguiente para la pinacoteca, así que entré a visitar el Palazzo.
No sé cúanto tiempo estuve allí dentro, desde fuera no parece tan grande y no te haces una idea de que tenga tantas estancias. Tenía especial curiosidad por las estancias de Leonor de Toledo, la esposa de Cosme de Medici. Eché de menos, la verdad, un pequeño folleto que me guiara un poco, porque ahora no puedo poner nombre a las fotos de las estancias que fotografié, pero el palacio es muy bonito, muy suntuoso por dentro mientras su exterior es sobrio y un tanto extraño con la torre descentrada...al salir, seguí hasta el Arno, en busca del Ponte Vecchio....Yo no pude ver esa estampa tan típica del puente con la ciudad al otro lado del Arno al atardecer, pero la vista era igual de bonita, a primera hora de la tarde y desde luego me hice una foto allí (más bien me la hicieron unos asturianos a los que devolví el favor). Sin embargo el puente es mucho mejor por fuera que por dentro, porque es una calle comercial llena de joyerías, pero sobre un puente; en origen, el puente era de madera, y fue construido por los romanos; tiene tres arcos, y es el puente de piedra (se reconstruyó en este material en el siglo XIV) más antiguo de Europa. La tradición dice que sobre él se alineaban carnicerías hasta que Cosimo I Medici encargó a Vasari la construcción del corredor Vasariano para conectar el Palazzo Vecchio, sede del gobierno municipal, con el Palazzo Pitti, su residencia privada. Años después, bien porque el olor molestaba o por prestigio, se prohibieron las carnicerías y los orfebres ocuparon sus puestos.
Me hice a un lado y observé la ciudad a uno y otro lado del río...era la una y media y ya no podía visitar el museo de San Marco, que cerraba a mediodía (los horarios eran infernales); mis opciones eran seguir hacia la parte alta de la ciudad, hacia Palazzo Pitti e intentar el ascenso hacia San Miniato al Monte, o quedarme en ese lado del río y visitar Santa Maria Novella. Si subía, seguramente no podría verlo todo, porque no me iba a dar tiempo, debía llegar hasta allí y quería visitar los museos del palazzo no solo los jardines Bóboli....y San Miniato estaba bastante lejos......opté por dirigirme hacia Santa Maria Novella....me costó bastante tomar la decisión, porque sabía que al día siguiente tenía menos margen: tenía entrada y hora reservadas desde hacia meses para los Ufizzi y pensaba pasar largas horas allí dentro. Pero continué hacia Santa Maria y desde luego no me arrepentí....
La iglesia es conocida sobre todo por su maravillosa fachada, obra de Alberti, que combina elementos góticos y renacentistas.
Es una facha muy geométrica, pues se usan muchas formas en la decoración: el fronton triangular, los cuadrados decorativos del cuerpo inferior, círculos, etc. Pero se usa la geometría subordinada al diseño. En el interior, la iglesia es de cruz latina y tres naves, con elementos propios del cisterniense, ya que fue concedida a los dominicos. De nuevo, estaba prohibido hacer fotografías y allí no pude siquiera intentar infringir la norma, porque el personal al cargo estaba muy pendiente. Deambulé un rato por el interior de la iglesia y aunque había disfrutado mucho en el exterior, dentro no estaba exenta de maravillas, como los frescos del coro de Domenico Ghirlandaio (que está enterrado en uno de los nichos de la fachada). El coro formaba parte de la capilla de los Ricci, pero dos familias rivales, los Tornabuoni y Tornaquinci, mucho más ricas cuando llegó el momento de renovarla, se hicieron cargo de los gastos de la misma. Los frescos se distribuyen en cuatro ciclos y narran las vidas de la Virgen y de Juan el Bautista. Aparte de su valor artístico, la obra es interesante por la cantidad de retratos históricos que aparecen, hasta 21 miembros del ambas familias fueron inmortalizados en los frescos como asistentes privilegiados de las vidas de María y Juan. Y es que Ghirlandaio era un maestro del retrato y los personajes están representados con tal lujo de detalles que es imposible confundirlos a unos con otros, sus rostros poseen individualidad. Me gustaría poder incluir fotografías de aquellos frescos, pero sólo tengo las postales...Pero la visita a Santa María queda incompleta si no se accede al claustro, la sala capitular, y la Capilla de los Españoles.
La capilla fue cedida por Cosme de Medici para los servicios religiosos de la comunidad española de Florencia, muy amplia tras su matrimonio con Leonor de Toledo. Es un espacio muy amplio decorado con pinturas al fresco al frente, a ambos lados del altar y en los laterales. Fue el único lugar donde encontré panales informativos en castellano (por deferencia, supongo). Las pinturas más famosas son las del lado izquierdo del altar conforme se mira de frente. Reproducen el infierno y el purgatorio, poblado de demonios y seres monstruosos, con las almas aterrorizadas y torturadas.....
Podría haber permanecido allí hasta la noche, en aquel lugar tan lleno de paz, en aquella tarde soleada de Florencia, bajo la mirada de aquellos demonios....
Estaba cansada... eran casi las tres pero me parecía mucho más tarde porque llevaba levantada desde las siete de la mañana y no había parado ni un instante, nisiquiera había comido: simplemente, me había olvidado de comer; fue la primera pero no la última vez que me sucedió en el viaje....por un lado me apetecía regresar a casa y descansar, y por otra quería seguir visitado la ciudad....entonces me encontré con la Basílica de San Lorenzo, con su fachada inconclusa, donde se encuentra la Capilla Medicea: era inútil seguir huyendo.....A esas horas la iglesia estaba cerrada, pero mi objetivo era el panteón, donde están enterrados Lorenzo el Magnífico y su hermano Giuliano, y Lorenzo II duque de Urbino y Giuliano II duque de Nemours, nieto e hijo respectivamente de El Magnífico...de hecho, las famosas tumbas obra de Miguelángel que tanta admiración causan en aquella sacristía son las de los Duques, mientras los dos Medici más famosos reposan en otras mucho más sencillas allí mismo.....La tumba del duque de Urbino, a quien Maquiavelo dedicó "El Príncipe", es la decorada con las esculturas del Crepúsculo y el Alba, mientras la del duque de Nemours ostenta las del Día y la Noche......creo que esa tarde me enamoré de Giuliano II, lo cual es una pena porque lleva varios siglos muerto, pero ya se sabe que el Amor no siempre es perfecto. No sé muy bien si me enamoré del hombre real o el que da a entender la estatua de Miguelángel.....seguramente de la segunda pues estoy segura de que deja ver un Giuliano mucho mejor de cómo debía ser. Aquella sala, aquellos sepulcros eran hipnóticos....no intentaré describir con palabras la maravilla de aquella carne convertida en mármol; si un día regreso a Firenze, es posible que siga sin subir a la cúpula de Santa María, pero no dejaré de visitar esa capilla....
No podía poner mejor broche a mi primer día en Florencia y eché a andar camino del párking...sólo me entretuve a hacer un par de fotos al Palazzo Medici Riccardi, con su fachada almohadillada y sus ventanas con dovelas, pero ya no me detuve...cuando conseguí llegar a Lucca, después de sufrir un atasco tras otro al salir de Firenze, no podía pensar siquiera en la idea de regresar al día siguiente, por mucho que Fra Angelico me estuviera esperando. Florencia agota, no sólo fisicamente, sino los sentidos....es inconcebible tanta maravilla reunida....y yo sólo había visto una pequeña parte....
2 comentaris:
si un día regreso a Firenze, es posible que siga sin subir a la cúpula de Santa María, pero no dejaré de visitar esa capilla....
Doncs ja saps, cuore!!!
Florència ens espera!
Ai, mare, tinc l´impressió que tindrem de tot menys relax...però no patixques que estic fent els deures!!!
Publica un comentari a l'entrada