Desde hace unos días, por varios motivos y ninguno bueno, he tenido muchas oportunidades para pensar en todas las cosas que merecen la pena y lo que verdaderamente importa y debe ser lo principal en nuestras vidas. Y me doy cuenta de qué nivel de estupidez puede alcanzar el ser humano, y lo inútil que es preocuparse por lo que no tiene solución, por lo que está fuera de nuestro control y por quienes no van a dejar huella en nuestra vida aunque ahora creamos que eso es imposible...
Hoy, he tenido dos nuevos motivos para hacerme todas esas preguntas y me siento mal conmigo misma, porque también yo me he mirado demasiado el ombligo cuando a mi alrededor hay cosas que sí merecen de verdad mi preocupación. Deberíamos sentirnos afortunados todos los días cuando podemos levantarnos de la cama sin más ayuda que la del despertador, ir a trabajar, hablar con nuestra gente de lo importante y lo banal, amar y expresar nuestro cariño, reír, razonar e incluso enfadarnos, gozar de buena salud nosotros y nuestros seres queridos y mil y una cosas que pequeñas o grandes conforman el día a día y que precisamente porque estamos acostumbrados a ellas no sabemos valorar en su justa medida.
Soy, sin dudarlo, y modestia aparte, la persona mas optimista que conozco, pero incluso yo pierdo la confianza en días como estos. Lo peor es esta espantosa sensación de impotencia, de no poder hacer nada por aquellos que quiero y sufren, sabiendo que no merecen pasar tanta pena....estar ahí a veces no es suficiente.....He de recordarme una y otra vez la Promesa que hice y que renové....
Hoy, he tenido dos nuevos motivos para hacerme todas esas preguntas y me siento mal conmigo misma, porque también yo me he mirado demasiado el ombligo cuando a mi alrededor hay cosas que sí merecen de verdad mi preocupación. Deberíamos sentirnos afortunados todos los días cuando podemos levantarnos de la cama sin más ayuda que la del despertador, ir a trabajar, hablar con nuestra gente de lo importante y lo banal, amar y expresar nuestro cariño, reír, razonar e incluso enfadarnos, gozar de buena salud nosotros y nuestros seres queridos y mil y una cosas que pequeñas o grandes conforman el día a día y que precisamente porque estamos acostumbrados a ellas no sabemos valorar en su justa medida.
Soy, sin dudarlo, y modestia aparte, la persona mas optimista que conozco, pero incluso yo pierdo la confianza en días como estos. Lo peor es esta espantosa sensación de impotencia, de no poder hacer nada por aquellos que quiero y sufren, sabiendo que no merecen pasar tanta pena....estar ahí a veces no es suficiente.....He de recordarme una y otra vez la Promesa que hice y que renové....
4 comentaris:
y lo peor es que además de tenerte que "dar cuenta" parece como si no tuvieras derecho a sentirte así (aunque sea muy de vez en cuando o muy a a larga)...
Que gran verdad tu entrada; a veces no somos conscientes de la suerte que tenemos y que la salud, creo, ocupa el escalon mas alto de la fortuna, ya que, como dice aquel, "si tienes salud puedes vivir si es necesario hasta debajo de un puente sin resfriarte..." Creo de todas formas que hay tantas desgracias en el mundo que colaboraríamos poco en arreglarlo sintiéndonos desdichados por él. Podemos pensar que nuestra sonrisa y optimismo, como el que dices que tienes y del cual debes sentirte orgullosa, son la herramienta sencilla pero eficaz que tenemos para poner nuestra gota de color esperanza en el horizonte oscuro.
Creo que me ha quedado un poco "pedante" el comentario, pero que le vamos hacer si es la verdad...
Gracias, German. Sabes? creo que nos sentimos mal porque somos capaces de darnos cuenta de lo absurdo de nuestro comportamiento, pero a la vez incapaces de cambiar, y sabemos que como en un bucle infinito, volveremos a caer. Pero como decía en el post, aún soy optimista y conservo la esperanza....
....Y de la Esperanza y de conservarla trata en parte aquella Promesa que me hice hace tiempo, Jose Angel. Como todas las Promesas que te haces a tí mismo es difícil de cumplir, y en semanas como esta más, pero el esfuerzo merece la pena.
Por cierto, la verdad nunca es pedante.Gracias...
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