dilluns, 9 de febrer del 2009

Instrucciones para cantar


Empiece por romper los espejos de su casa, deje caer los brazos, mire vagamente la pared,
olvídese. Cante una sola nota, escuche por dentro. Si oye (pero esto ocurrirá mucho después) algo como un paisaje sumido en el miedo, con hogueras entre las piedras, con siluetas semidesnudas en cuclillas, creo que estará bien encaminado, y lo mismo si oye un río por donde bajan barcas pintadas de amarillo y negro, si oye un sabor de pan, un tacto de dedos, una sombra de caballo. Después compre solfeos y un frac, y por favor no cante por la nariz y deje en paz a Schumann.
Julio Cortázar.
Historias de Cronopios y de Famas


No sé vivir sin música, cualquiera que haya paseado mínimamente por este blog se habrá dado cuenta......de hecho, al igual que me angustia la pérdida de la visión, también me aterra la pérdida del oído...
He comentado en más de una ocasión que me gusta escuchar de todo y que escucho todo lo que me recomiendan, aunque claro está, descarto aquello que no me va. Hidden Planet se ve favorecido por esta política, porque aunque la mayoría de las canciones que lo pueblan siempre han sido mías, también publico las que pertenecen a Otros......Y hay muchas que aún están esperando su momento. A veces parece que las canciones nos hablan, que han sido escritas sólo para nosotros y para ese Momento Particular, y durante mucho tiempo nos obsesionan y sólo podemos escuchar Esa en concreto o Ese grupo o cantante en particular...o por el contrario, nos hacen daño y las desterramos hasta que somos capaces de volver a escucharlas. Y qué decir de esos grupos que siempre tienen la canción adecuada?
Pero además no solo me gusta oír música, también me gusta mucho cantar, y no desaprovecho la más mínima ocasión para hacerlo: canto en casa, en el coche, en el trabajo, mentalmente al caminar....Mi familia y amigos están acostumbrados (afortunadamente tengo amigos muy cantarines) y en el trabajo, bueno, sufren en silencio....más o menos: lo consideran parte de mi idiosincrasia y no se meten mucho conmigo. En casa, puedo subir el volumen cuanto quiero, pero en el trabajo procuro no alzar demasiado la voz, aunque a veces es muy difícil, primero porque si canto es porque me gusta y segundo porque hay determinadas canciones que no pueden cantarse en voz baja, requieren de tí un esfuerzo vocal, están hechas para ser escuchadas por todos los que te rodean aunque lleves puestos los auriculares, la melodía sólo puedas oírla tú y el resto sólo escuche la letra.....Afortunadamente no trabajo en un ambiente silencioso, sino todo lo contrario, y la verdad es que de vez en cuando es bueno evadirse de semejante guirigay.....del ruido ambiental, que no de la gente.
Mi costumbre, afición o manía, como quiera definirse, me ha llevado a alguna situación curiosa: canto en la oficina pero también en el reparto, y en una ocasión una pareja mayor me pilló cantando
Bendecida, de Héroes del Silencio, justo en la estrofa que dice "Y el perfume que emane del sexo se fundirá en nuevo grito"...también se quedan a cuadros si me oyen cantar en inglés o italiano (por si fuera poco, no me conformo con cantar en mi lengua, y me atrevo a masacrar otros idiomas)....en estos casos la gente suele decirme que da gusto ver a alguien que trabaja con tan buen humor; por cierto que a veces la acústica de los patios es estupenda: puedes hacerte tus propios coros...
Bromas aparte, la verdad es que allá donde voy, la música va conmigo: si voy andando (sola, claro está), con el iPod y si voy en coche, el cd; no sé conducir sin música y cuando viajo, lo paso en grande: en el último viaje a mi Segunda Tierra no dejé de hacerlo ni a la ida ni a la vuelta (ni entremedio, con el Sing Star), cuando voy a Salamanca, tengo 6 horas para practicar y este verano en Italia puse banda sonora a todos los lugares que visité, aunque sólo mientras conducía, porque mientras caminaba por las ciudades, no escuchaba más que los sonidos que les eran propios, así puedo recordar no sólo cómo eran sino como sonaban, ellas y sus habitantes. Los viajes no son sólo imágenes, también son sonidos.
...pero esa es otra Historia.

3 comentaris:

elisabet ha dit...

diuen que les hipercontroladores tenim molta por de perdre l'oïda i la vista, per allò de perdre el control i deixar-nos portar...

Monique LaMer ha dit...

Doncs ara que ho dius, la veritat és que jo sóc hipercontroladora, m´agrada que tot estiga ben nugat, no m´agrada deixar les coses a l´atzar.....però em pense que podria apendre a deixar-me portar....

Anònim ha dit...

Monique LaMer, crec que no et conec i hui he arribat al teu bloc a través del d'elisabet [la mateixa que signa el primer dels comentaris d'aquesta entrada]. El cíberespai és com un cíbermocador... et confesse que no he tingut temps per a llegir-me bé les entrades del teu bloc, però és que m'he quedat petrificat quan he vist la fotografia que has triat per a il·lustrar el teu perfil... i deprés no he pogut parar de somriure'm una bona estona!!! :) Salut!!