Tintín y el Héroe

Para Edu y Tere, que no lo leerán nunca.

Los Héroes de la Infancia no deberían envejecer nunca.
De niños nos parecen seres enormes, encaramados en el pedestal que nosotros mismos les hemos fabricado sin saber que un día miraremos a nuestro lado y descubriremos que nunca fueron tan altos, sino que nosotros éramos muy bajitos......y sin embargo, por mucho que crezcamos, aún tendremos que ponernos de puntillas para poder abrazarlos, y seguiremos adorando la sensación de que aún somos "los pequeños"......
Pero hay dos días terribles en la Vida, cuando descubres que tus Héroes, al contrario que los de los tebeos, no son inmortales, y el día que los ves llorar....entonces, todo tu Mundo se pone del revés y te preguntas por qué aquella Heroína de pelo corto tan simpática, con aquella risa tan contagiosa y ese sentido del humor tan parecido al tuyo, que viajó con un hámster de contrabando en el tren, que amaba a Corto Maltés, puso nombre de telenovela a su gato y adoraba viajar, ya no está contigo, y por qué el Héroe pelirrojo que te enseñó a dibujar zapatos para las Princesas descalzas de tus dibujos, que te dejaba sus libros de Tintín si se los pedías por favor, que hacía bailar a Leopoldo para hacerte reír, repetía macarrones si los había para comer y que siempre ha dado los mejores abrazos, tiene que sufrir tanto.
Y decides que no es justo, que los Héroes no deberían envejecer, ni morir, ni sufrir ni cambiar nunca, y que es un asco hacerse mayor.

(La ilustración es una fotografía tomada por la autora del calendario oficial de Tintín ´08)