Hace cuatro años, cuando formulé la Promesa, descubrí la primera....pero me dió igual, porque mi aspecto no me importaba: por qué debía importarme, si estaba muerta por dentro? Quería cubrir los espejos con telas negras y desgarrar una manga a todas mis camisas.....poco después comprendí que no era suficiente con llorar hasta que ya no me quedaran lágrimas, que ellas habían llegado porque el dolor debía (quería) tener una manifestación física permanente...comprendí también que el dolor puede tener vida propia, ser tangible, que se puede ver y tocar...
Después, pensé que el Tiempo atemperaría el dolor y la pena, que aunque nunca llegaría a comprender el por qué te habías ido, poco a poco iría aceptándolo, pero me equivocaba: nada ha cambiado y ya no cambiará nunca...sigues viviendo y sonriendo y tu rostro no lo demuestra, parece que has asimilado el dolor, pero tu alma no lo ha aceptado... ...y regreso a ese lugar donde voy de visita aunque sé que ya no estás allí, y hablo contigo aunque sé que no voy a obtener respuesta, y sé que el dolor seguirá reflejándose en mi pelo, porque mi alma sigue gritando que duele como el primer día.
7 comentaris:
ufffff....
La alegría y la pena siempre van de la mano....afortunadamente tú siempre tienes más de la primera.
:D
Achoo... (no comment)
Esto es nuevo para mí, no sé de que hablas y me aterra pues hay algo de tí que duele y no sé lo que es.
Pero sí sé algo, estoy aquí y sigo aquí.
Besitos
Jose, gracias....
Anónimo, o mejor anónima, no te preocupes, estoy bien, es una pena que llevo conmigo pero que llegó hace unos años, simplemente a veces resuena con más fuerza y te asustas porque te das cuenta de que sigue ahí, con la fuerza del primer día.....sé que tú estás, que siempre estarás...
muchos besos
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