dilluns, 14 de març del 2011

La ciencia de lo imposible



No me gustan las historias de amor que acaban mal.Bastante tenemos con la vida sentimental real como para que en la de ficción también nos den bofetadas.
A pesar de todo, soy incapaz de resistirme a dos películas y siempre acabo viéndolas cuando las cazo haciendo zapping: Casablanca y Los puentes de Madison. Ya sabía el final de Casablanca antes de verla y estaba preparada para la separación, que desde luego no me parecía justa....muchos años después sigue sin parecérmelo, y he visto la película varias veces más porque me encanta y es preciosa, pero siempre espero que Rick cambie de idea y que coja a Ilsa del brazo y se marchen juntos a vivir ese amor que ya una vez vieron truncado; y quiero que Ilsa hable con Laszlo y le diga "lo siento cariño, pero no puedo renunciar dos veces" y se de la vuelta y sea ella quien se marche caminando del brazo de Rick por la pista mojada del aeropuerto aunque ello signifique renunciar a una de las frases más famosas del cine....y sé que la veré muchas veces y siempre esperaré que me cambien el final...aunque no sea lógico. Y del mismo modo sigo esperando que Francesca no renuncie a Robert y se marche con él a recorrer mundo y a hacer fotos para el National Geographic, que salte de la furgoneta y se marche con él, aunque sé que no lo hará porque no quiere destrozar la vida de los suyos para seguir al amor de su vida. Y sé que Robert también lo entiende, pero ahí se queda el pobre, bajo la lluvia, sonriendo y asintiendo sabiendo que es imposible porque "los amores imposibles no pueden desarrollarse, transformarse, modificarse... por lo tanto, nunca mueren"...
En el fondo no es que no me guste el final; son películas que me encantan, están bien escritas, bien interpretadas, las historias son maravillosas y se me escapan las lágrimas siempre que las veo. Lo que sucede es que me parece muy triste encontrar el amor verdadero y perderlo, tener que renunciar a él y encima saber que es lo correcto....Podría argumentarse que hay otras muchas películas que tienen el final feliz que me gustaría que estas tuvieran, pero las historias que narran no son ni de lejos tan hermosas ni me llegan tanto. Y sé que el final feliz destrozaría las historias: Casablanca no sería lo que es sin su final, sólo sería otra historia de amor durante la guerra y Los Puentes de Madison sería la historia de dos amantes egoístas que se marchan arrasando la vida de los que dejan atrás....
En fín, no hay justicia en la poética....




2 comentaris:

Jose Angel ha dit...

Maldita sea, no podría estar más de acuerdo contigo, sobre todo en tu conclusión acerca del desenlace entre Francesca y Robert y lo que hubiera pasado si se hubieran escapado. Me pasaría horas hablando sobre esos sentimientos de los que tan bien has reflexionado, pero bueno, me contentaré con felicitarte.
Maravilloso y bonito Post.

Monique LaMer ha dit...

Tendremos que guardarnos la conversación para el verano que viene....