Lady Voltarén

Acabo de dejar atrás unas semanas muy duras por culpa de una lumbalgia que no atajé a tiempo convencida de que se iría como llegó, de repente....después de pasar el peor momento en pleno fín de semana con la familia de la Segunda Tierra, he tenido que recurrir a la medicación y al reposo, haciendo de la almohadilla eléctrica una extensión de mi cuerpo.
No me gusta estar enferma, sobre todo si no hago nada para buscármelo, y si encima se trata de una dolencia muy física, mucho peor. En esta ocasión no tenía mucho dolor, pero sí me encontraba completamente anquilosada, inútil para hacer gran cantidad de cosas y temerosa de hacerme daño, como de hecho acabó sucediendo.
Durante los días que pasé en casa, pensé en más de una ocasión cómo puede vivir la gente que padece un dolor crónico. Mis dolores eran más bien molestias y la medicación no me quitaba el dolor, pero me dejaba vivir....pero cómo se las apañan aquellos a los que la medicina ya no sabe cómo ayudar, los que han dejado atrás el Nolotil y los antiinflamatorios más fuertes que pueden conseguirse de manera legal, aquellos que viven con la maldición del dolor constante y que han llegado a resignarse a vivir con él porque ya no hay nada que puedan hacer después de intentarlo todo?

No es que sepa mucho de estas cosas, pero me parece que la Felicidad debe ser la ausencia de dolor.
De cualquier dolor.